Martí nunca dijo y me hice maestro… Autor. Omar Abreu Valdivia José Martí vivió en España, en los Estados Unidos y en otras tierras de lo que llamó Nuestra América y también América Nuestra. Acumuló una experiencia que le sirvió para definir postulados acerca del futuro de este continente. Lo dicho por Martí jamás perderá vigencia. América fue para él un gran laboratorio observacional. Utilizó cinco recursos para movilizar la conciencia adormecida de quienes no fueran “flojos”, pero estaban confundidos o decepcionados. Esos recursos fueron la presteza de su periodismo, el poder seductor de su oratoria, la personalización de su correspondencia, la sensibilidad de su literatura y la evocación de la historia. En 1875 viajó de España a México para reunirse con su familia. A finales de 1876 decidió abandonar el territorio azteca. No podía regresar a Cuba definitivamente porque fue deportado, lo hizo de manera clandestina. El 11 de febrero de 1877 le escribió a Manuel Mercado su decisión de viajar a Guatemala “Voy a esa tierra humilde con el alma regocijada, clara y entera. No pronto a esperar, sino decidido a obrar. Yo, tengo en mí algo de caballo árabe y de águila: —con la inquietud fogosa de uno, volaré con las alas de la otra (…)”. (Martí, OC t. 20, pág. 25) Arribó a Guatemala entre finales de marzo y principios abril de 1877. Tenía apenas 24 años de edad. José María Izaguirre, director de la Escuela Normal, le dio hospedaje y trabajo como profesor de Literatura y ejercicios de composición. La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de San Carlos, lo nombró profesor de Literatura francesa, inglesa, italiana y alemana e Historia de la Filosofía, en mayo del propio año. Comenzó a frecuentar la casa de la calle 12 y 4ta avenida de la zona 1en sus escasos ratos libres. Allí vivía el expresidente Miguel García con su hija María García Granados, “La niña de Guatemala”, la hermosa doncella que moriría de amor. Las vivencias martianas en la nación centroamericana, se publicaron el 20 de diciembre de 1877, en México, en una obra titulada “Guatemala”. Juan Ramón Uriarte, autor del prólogo, expresó “(…) hay prólogos obligados y los hay también espontáneos. El mío pertenece a la categoría de los últimos”. Más adelante añadió acerca de Martí “Joven, de una reputación literaria justamente merecida (...). Finalmente dijo que (…) Guatemala debe estar agradecida al señor Martí por el servicio que positivamente le hace con la publicación de su trabajo. (Martí, OC t. 7, pág. 116) Guatemala despertó muestras de admiración y respeto en Martí. Para el cubano de mayor universalidad la tierra del quetzal “(…) arraiga todo extraordinario sentimiento, diré con mi palabra agradecida cuánto es bella y notable, y fraternal y próspera, la tierra guatemalteca, donde el trabajo es hábito, naturaleza la virtud, tradición el cariño, azul el cielo, fértil la tierra, hermosa la mujer y bueno el hombre”. No quedaba otro camino que no fuera “Amar y agradecer” a un pueblo con “(…) impaciencia por ver cumplida una alta obra: la grandeza patria, basada en la prosperidad”. (Martí, OC t. 7, págs. 116 y 144) ¿Qué razones tuvo José Martí para escribir Guatemala? Las razones fueron reveladas por el propio José Martí ¿Por qué escribo este libro? Cuando nací, la Naturaleza me dijo: ama! Y mi corazón dijo: iagradece! Y desde entonces yo amo al bueno y al malo, hago religión de la lealtad y abrazo a cuantos me hacen bien (…). “Guatemala es una tierra hospitalaria, rica y franca (…) Me da trabajo que - es fortaleza- y casa para mi esposa, cuna para mis hijos”. (Martí, OC t. 7, pág. 116) El rechazo martiano a la xenofobia Según Martí a Guatemala “(…) afluyen, en busca de fortuna, numerosos extranjeros (…) para eso entran en el Ministerio de Gobernación, donde tan patriótica acogida les espera (…)” porque en aquella nación “Se examina al extranjero, se le pregunta, se le duda tal vez, pero no se le odia”. (Martí, OC t. 7, págs. 121, 124, 129 y 130). Ojalá este sentimiento prevaleciera en el mundo, pero lamentablemente no es así. ¿Qué dijo entonces Martí? En su obra “Guatemala” escribió la histórica frase utilizada erróneamente por muchos. Martí nunca dijo “y me hice maestro que hacerme creador”. La naturaleza de su alma, su sentido de la humildad y su vocación por servir a los demás, no le permitirían hablar en primera ni colocarse en primer plano. Expresó exactamente “(…) llegué pobre, desconocido, fiero y triste. Sin perturbar mi decoro, sin doblegar mi fiereza, el pueblo aquél, sincero y generoso, ha dado abrigo al peregrino humilde. Lo hizo maestro, que es hacerlo creador. Me ha tendido la mano y yo la estrecho”. (Martí, OC t. 7, pág. 116). Referencias Martí, J. (1975). Guatemala. Obras Completas. Tomo 7. Pueblo y Educación. Martí, J. (1975). Carta a Manuel Mercado del 11 de febrero de 1877. Obras Completas. Tomo 20. Pueblo y Educación. Nota. Todas las citas textuales están escritas como aparecen en la obra.